La depresión comúnmente se manifiesta físicamente, a través de dolores de estómago, dolores de cabeza, sueño interrumpido o excesivo y dificultad de control motor. Si bien se desconocen las causas de la depresión, la predisposición es hereditaria y puede desencadenarse por traumas y circunstancias adversas de la vida. La depresión se diagnostica con más frecuencia en mujeres y tiende a manifestarse de manera diferente en mujeres que en hombres.
Las personas tienden a sufrir mayores tasas de depresión después de dar a luz y al final del otoño. La depresión y la ansiedad a menudo se exacerban mutuamente y las personas con depresión suelen tener dificultades para concentrarse en tareas y conversaciones. Algunas personas abusan del alcohol y las drogas o comen en exceso como una forma de afrontarlo, lo que les hace desarrollar otros problemas médicos. Las personas deprimidas también tienen un mayor riesgo de autolesión.
La depresión es una enfermedad mental que se caracteriza por síntomas emocionales prolongados que incluyen:
· Apatía
· Tristeza
· Culpa
· Agotamiento
· Irritabilidad
El diagnóstico de la depresión implica una evaluación psiquiátrica y pruebas físicas para determinar si los síntomas de una persona en realidad son causados por un trastorno diferente. Una persona debe haber experimentado síntomas durante al menos dos semanas para que se le diagnostique depresión. Cada caso es único y requiere atención individual, pero existen varias formas complementarias efectivas de tratar la depresión, que incluyen:
· Terapia de conversación
· Medicamento
· Adoptar un estilo de vida más saludable