Todo el mundo se encuentra con estrés durante sus vidas en un momento dado – facturas interminables, horarios exigentes, trabajo y responsabilidades familiares – y eso puede hacer que el estrés parezca ineludible e incontrolable. Las habilidades para el manejo del estrés están diseñadas para ayudar a una persona a tomar el control de su estilo de vida, pensamientos y emociones y enseñarle formas saludables de enfrentar sus problemas.
Encuentra la causa
El primer paso en el manejo del estrés es identificar sus factores estresantes. Si bien esto suena bastante fácil (no es difícil señalar cambios importantes o mucho trabajo acumulado), el estrés crónico puede ser complicado y la mayoría de las personas no se dan cuenta de cómo sus hábitos de uso a su estrés. Tal vez el trabajo acumulado no se deba a las demandas reales de su trabajo, sino más a su procrastinación. Tienes que asumir la responsabilidad del papel que juegas en la creación de tu estrés o no podrás controlarlo.
Estrategias para el manejo del estrés
Una vez que haya descubierto las causas de su estrés, concéntrese en lo que puede controlar. Elimine los factores estresantes realistas y desarrolle hábitos consistentes para eliminar el estrés. En lugar de mirar televisión o responder mensajes de texto en la cama después del trabajo, sal a caminar o lee un libro. Mantener una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente, aliviará la sensación de estrés y lo ayudará a relajarse.
Además, haga un esfuerzo consciente para reservar tiempo para usted y para relajarse. El tiempo a solas puede ser lo que necesites. A algunas personas les gusta hacer actividades como tai chi, yoga o meditación, pero también puedes darte un capricho con algo simple, como tomar un baño de burbujas, escuchar música o ver una película divertida.
Finalmente, no sienta que tiene que resolver su estrés por su cuenta. Comuníquese con su familia y amigos. Ya sea que necesite ayuda con un problema o simplemente necesite que alguien lo escuche, busque una persona que esté allí para reforzarlo y apoyarlo positivamente. Si el estrés se vuelve crónico, no dude en buscar la ayuda de un terapeuta.